viernes, 27 de septiembre de 2013

La prostitución como prestación de la Seguridad Social.

Desde mi blog, siempre lleno de soluciones para el peor mundo posible desde el mundo feudal y su recreación más reciente y malévola (la Unión Soviética), voy a lanzar una pregunta seria: ¿Aprobarían ustedes que la prostitución, algo denostado, muchas veces en el limbo de lo legal y lo salubre y con historias de explotación, instintos básicos y sufrimiento humano; algo reconvertido en un servicio de la Seguridad Social, libre de problemas, hecho por voluntarias y voluntarios dispuestos a satisfacer la libido de aquellos que la vida emocional y laboral ha apartado de la senda de la sexualidad y el afecto? Mi respuesta no podía ser más rotunda:

Ahora más que nunca, la sociedad está más erotizada que nunca. Todas las personas cuidan su físico de una manera que raya la obsesión: Los hombres masa dotan su cuerpo de una físionomía propia de los tronistas del reality de moda o se convierten en algo similar a estrellas del porno. Por su parte, las mayoría de mujeres, de ciencias, letras, de Noruega o de Chile, parecen ejecutivas agresivas del mundo de la publicidad capaces de vender su cuerpo como arma definitiva para conseguir su contrato. A esto hay que sumarle la televisión, el arte, el cine... Nuestro mundo está burdelizado. Pero de una manera cutre y mal hecha, fruto del aborto del "Flower Power" y del materialismo. Muy bien: El mundo se convirtió en el gran prostíbulo. Pero las burdelizaciones se pueden hacer con estilo. Y lo que estoy proponiendo es un canal para que la libido nociva, la tensión sexual no resuelta, los agresiones sexuales, la idea de la prostituta como portadora de enfermedades y destructora de la sociedad y de la familia tradicional, desaparezcan de la faz de la tierra.

El ser humano tiene fantasías sexuales: rubias, morenas, pelirrojas, diosas de ébano, lencería negra, penes como paquetes de donnettes, consoladores de tamaño "alien", latex, duchas de esperma, "lluvia dorada", dos monadas recién con los 18 recién cumplidos haciendo guarradas la una a la otra... Sí, hemos fabricado todo eso... Pero el hecho de no poder proyectarlo nos produce en ocasiones dolor, frustraciones, daños físicos, psíquicos, infidelidades, violaciones, perversiones nocivas... Y viviendo en una sociedad en la cual se supone que el Estado tiene una responsabilidad para con los individuos (hablo de mi país, España, y las naciones europeas que tienen la conciencia de que el Estado ha de cuidarte desde la cuna a la tumba). Por ello: urjo al Instituto Nacional de Seguridad Social a crear una unidad que se hallará en todos los hospitales públicos, centros de salud y de especialidades de mayor tamaño, y en los privados que lo deseen, a implantar un Servicio de Atención Afectivo-Sexual.




Ahora saldrá algún listo berreando "yo quieroooo".

 Ese nuevo servicio se hallará al alcance de cualquier ciudadano/a (sí también ciudadanas), ya sea rico o pobre, tendrá como principal objetivo suplir las carencias afectivas, sexuales y emocionales de cualquier persona que lo necesite, y tendrá acceso inmediato a él previa cita con la tarjeta de la Seguridad Social. El SAAS tendrá como equipamiento lo más sofisticado de la erótica humana, desde lencería de encaje hasta la ropa interior masculina más ceñidita, pasando por lo más radical y duro del mundo del sexo. Así pues, tendrá también las más optimas condiciones de seguridad, salubridad  y protección, en base a los principios de contraconcepción y protección frente a las ETS más avanzados, tanto para trabajador/a como para usuario, siendo este último complacido en sus deseos más íntimos, sea cual sea su orientación sexual.

Considero que los principales destinatarios de este servicio han de ser:

-Personas sometidas a trabajos de alta exigencia y tiempo que les impiden fructificar una relación en pareja normal (investigadores, ejecutivos de alto standing, autónomos, estudiantes...)
-Personas cuyas relaciones de pareja llevan consigo la insatisfacción de muchos deseos ocultos y "prohibidos" por la mojigata moral social (sexo anal, tríos con dos jovencitas, lluvia dorada, sadofem...)
-Personas que necesitan dar rienda suelta a sus pasiones más ocultas con tal de evitar males mayores contra terceros.
-Personas que su insatisfacción sexual y afectiva pueda conducirles a cometer conductas antisociales y a vulnerar la ley.

Para la formación de profesionales, se crearía el título de Formación Profesional de Grado Medio de Técnico/a en Salud Afectiva y Sexual. Entre las múltiples habilidades que deben dominar son las amatorias, la anatomía, fisiología e histología base del sexo, lecturas sobre teorías de sexualidad, psicología aplicada y conocimientos culturales sobre diversas cosas, con el objetivo de agradar a los futuros usuarios del SAAS y hacer que se sientan cómodos.

Alguno dirá ahora: "¿Pero quién coño/pollas va a querer vender su cuerpo?" Pues más gente de la que algunos creen y menos de la que se imaginan. El trabajo estaría bien remunerado y tendrían privilegios que otros no tendrían, como una prejubilación a los 55 años, un cómodo espacio de trabajo lejos de la frialdad de las blancas paredes de los hospitales, una vida sana y la protección del Estado español. 

Ahora alguno dirá que soy un machista retrógrado, que me busque novia, que eso no iría ni el tato, que es una aberración emplear a los seres humanos como objetos... Pues quizás tendrían que pensar que este servicio hará a muchas personas más felices, reducirá el paro y la criminalidad sexual, hará que nuestra sociedad sea más abierta al sexo y además permitirá a la gente experimentar cosas que con la presión social y el miedo a las mafias no estaban a su alcance. Además, aquellas personas explotadas recuperarían su libertad, al dar el estado un monopolio seguro, público, protegido, frente a aquellas formas de prostitución aberrantes, horrendas, que ocultan miles de sueños y promesas difusas.

Y ahora me despido de vosotros con una frase de Sigmund Freud: "Todo es sexo, menos el sexo". ¡Hasta la próxima!
 

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