jueves, 25 de abril de 2013

PsychoWorld Of The City Of Fauxness - La ladrona de guante blanco.

Puede haber honor entre ladrones, pero nunca entre políticos.
 
Durante el día es una joya con tacones: bonita, elegante, con buen gusto al vestir. Chasquido de dedos. Todo a su alcance. ¿Quiere sexo? Puede elegir. ¿Es amable? Sumamente encantadora. ¿Talentosa? Mucho. Tanto para el bien, como para el crimen.

¿Qué crímenes? Mirad los periódicos. Ahí hablan de robos de joyas muy bien guardadas en casa de ricachos, en museos; de obras de arte cuyo valor es incalculable y las vende al mercado negro por el cuádruple por el que el museo de turno la consiguió. Es burlona, es hermosa. Y se ríe de la policía posando en lencería negra en esa portada de revista de moda. Se mofa de los guardias seduciéndo a la réflex del fotógrafo sarasa que la retrata, lanzándoles miradas arrebatadoras, dulces, pícaras, intelectuales, frías, siendo cada instantánea una provocación. Tenían razón los clérigos: la mujer es fuego. Ella era fuego. Sus manos son milagrosas, tanto para el afortunado que la posea como para conseguir lo que se propone. ¿Diosa? Probablemente. ¿Por qué lo hace?

Para demostrarse a sí misma que no es una muñeca vacía.

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