lunes, 30 de diciembre de 2013

La justa recompensa.




Eilish, Martha, Jean, Helena, Linda... Son los nombres de muchas de mis amigas. Quién iba a decir que alguien que no creía en la amistad entre hombre y mujer fuera el mejor amigo de muchas chicas. Quizás porque mi manera de acumular amigas es un poco atípica. Me hago el majo y el simpático y luego me lanzo a sus brazos, como suplicante, deseando que me acepten tal y como soy. Pero por suerte para mí, esta "ataque suicida" tiene generalmente un final feliz... ¿O no tan feliz?

Desde que se produce el choque de trenes, paso automáticamente a su categoría de amigos, un hecho que me parece maravilloso, de no ser que siempre albergo sentimientos hacia ellas. Ellas son para mí reinas y yo su más leal caballero andante. Pero esta situación es frustrante a veces, dado que de sobra saben que lo que necesito es afecto. ¿Para qué entonces no me dan cancha? Ah, sí, ya tienen algún novio que aparece cuando lo pido y me dice: "No te preocupes, Rex, ya lo hago yo". Y se las lleva a la cama. Lo peor de eso es que ese novio un poco mamón no se acuerda de cerrar la puerta y siempre que me imagino esas escenas creo que me muero. Aunque, ¿quién le preguntó si a Sir Rex le molestaba que sus amigas tuvieran su corazón en manos de otro, mejor o peor que yo? Ah, sí, son atractivas y pueden elegir. Pero Rex O'Connor no puede elegir. Tan solo puede dar gracias al señor de no tener que ponerle el preservativo al afortunado que sea su novio.

Se soporta como puede vivir en este valle de lágrimas. Pero no soy capaz de entender una relación en la que un hombre y una mujer sean iguales. Siempre mis relaciones son descompensadas. Espero algún día cobrar la justa recompensa... ¿O tal vez me quedaré con las ganas toda mi vida?

Tengo que empezar a replantearme relaciones más de igual a igual...

Pero eso tuvo que esperar en el momento en que Eilish se vino abajo.

—Snif... Snif...

Estaba llorando porque ese novio de cuento de hadas que la hacía sentirse algo así como Juliana de los Países Bajos la había mandado al carajo por estudiar Medicina y no poder dedicarle tiempo a él y a su "cabezona uniojo".

Intento de una forma cutre consolarla diciéndole los clásicos: "Eilish eres una chica excelente, guapa, dulce, inteligente. ¿Por qué lloras por un sinvergüenza que es incapaz de ver lo bueno que hay en tí? Que le vayan dando, ¿no te parece?"

Y entonces dice:

—¿Cómo demonios puede haber tantos chicos que no sean tan buenos y dulces como tú? Eres un encanto...

Y entonces respondo:

—Yo simplemente hago lo que puedo. Y si hubiera tantos chicos tan buenos y dulces como dices que soy yo, creo que la raza humana se habría extinguido haría ya mucho tiempo.

—¿De verdad?

—Eilish, en el mundo no hay solo una gama de bombones de chocolate negro, blanco, recubiertos de polvo de oro comestible, y rellenos de un centro cremoso. No. También hay bombones de cabrón, rellenos de cabrón, con cubierta de cabrón y virutitas de hijo de puta integral por encima. No todo pueden ser buenos porque directamente, no pueden ser buenos...

Unos días más tarde, Eilish me mandó un mensaje de voz: "Ven a mi casa. Estoy muy sola ". Mi garganta se secó y inmediatamente fui de cabeza la ducha. Me peiné, me vestí con unos vaqueros y un jersey y salí disparado hacia la farmacia. Pedí una caja de 12 preservativos y salí disparado hacia casa de ella. Llamé al timbre de ella e inmediatamente, ella me abrió... ¿Podía ser más bonita? Rotundamente, no.

La tumbé en la cama con suavidad y me tumbé a su lado, esperando que se abalanzara sobre mí. Mientras tanto, me hice el niño bueno y le pregunté:

—¿Qué tal con tu...?

—¡Ah, con "ESE"! Sin problemas, ya no volverá jamás por aquí. Así aprenderá que Eilish Langley no se anda con chiquitas. ¿Y tú, has salido con alguien alguna vez?

—Alguna vez y mal, Eilish—respondí.

En ese momento ella se me acerca y me abraza con la cintura. Eilish acercó sus labios y los posó sobre los míos.

—Ojalá puedas disfrutar de más "recompensas" esta.
—Hazme tuyo, idiota.
—¿Eh?
—Si tienes el valor para darme ese beso que ha curado heridas de años, me gustaría ver si tienes valor para...

Eilish era lista y captó el mensaje. Me callé porque había abierto su blusa, dejando ver su pecho. En ese momento me dijo:

—Desnúdame y hazme lo que quieras. Siempre me has querido más que muchos, incluso me has deseado y te lo has callado porque querías seguir a mi lado... Esta noche soy para tí, única y exclusivamente. No eres mío. Yo soy tuya. Es lo más justo.

Ni hay que decir lo que pasó. Una sucesión de gemidos, sorbetones, momentos de afecto y alaridos de placer por parte de ella, entre ellos el clásico y querido "préñame, préñame"... Gracioso, cuando hay un preservativo de por medio. Quizás por esto merece la pena ser amigo de muchas, porque algún día cobrarás... ¿O no?

domingo, 22 de diciembre de 2013

Romance satírico

Con especial cariño al doctor Doug Murphy, del Sacred Heart Hospital (Serie: SCRUBS)

¿No podías haber nacido más patas, verdad, Doug?

 





Romance satírico (por Francisco de Quevedo y Villegas)


Pues me hacéis casamentero,
Ángela de Mondragón,
escuchad de vuestro esposo,
las grandezas y el valor.
Él es un médico honrado,
por la gracia del Señor,
que tiene muy buenas letras
en el cambio, y el bolsón.
Quien os lo pintó cobarde
no lo conoce, y mintió,
que ha muerto más hombres vivos
que mató el Cid Campeador.
En entrando en una casa
tiene tal reputación,
que luego dicen los niños:
Dios perdone al que murió.
Y con ser todos mortales
los médicos, pienso yo
que son todos venïales
comparados al doctor.
Al caminante en los pueblos
se le pide información,
temiéndole más que a peste,
de si le conoce, o no.
De médicos semejantes
hace el rey, nuestro señor,
bombardas a sus castillos,
mosquetes a su escuadrón.
Si a alguno cura y no muere,
piensa que resucitó,
y por milagro le ofrece
la mortaja y el cordón.
Si acaso estando en su casa
oye dar algún clamor,
tomando papel y tinta,
escribe: "ante mí pasó".
No se le ha muerto ninguno
de los que cura hasta hoy,
porque antes que se mueran
los mata sin confesión.
De envidia de los verdugos
maldice al corregidor,
que sobre los ahorcados
no le quiere dar pensión.
Piensan que es la muerte algunos;
otros, viendo su rigor,
le llaman el día del juicio,
pues es total perdición.
No come por engordar,
ni por el dulce sabor,
sino por matar la hambre,
que es matar su inclinación.
Por matar mata las luces,
y si no le alumbra el sol,
como murciélagos viven
a la sombra de un rincón.
Su mula, aunque no está muerta,
no penséis que se escapó,
que está matada de suerte,
que le viene a ser peor.
En que se ve tan famoso,
y en tan buena estimación,
atento a vuestra belleza,
se ha enamorado de vos.
No pide le deis más dote
de ver que matéis de amor,
que en matando de algún modo,
para en uno sois los dos.
Casaos con él, y jamás
de viuda tendréis pasión,
que nunca la misma muerte
se oyó decir que murió.
Si lo hacéis, a Dios le ruego
que gocéis con bendición;
pero si no, que nos libre
de conocer al doctor.

¡ESTUDIAD MUCHO ESTA NAVIDADES PARA EVITAR QUE OS HAGAN ESTO! ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Otra vez... ¿O no?




Otra vez en la carretera. Dispuesto a llegar a casa de Helena, saludarla a ella, a su hermana Joyce, a su novio, Lyndon, alias "modelito de Burberry", a otros amigos. 40 millas separan mi casa de la de Helena y, en los 6 años que llevo llendo allí, todo se ha desarrollado exactamente igual. Me he puesto el mismo traje negro, soso, con una corbata negra de funeral, me he metido en mi destartalado Ford Escort y me he puesto de camino. Me paso tres cuartos de hora adelantando camiones que no cejarán en su empeño de bajar la velocidad para que los adelanten y que con cada adelantamiento tengo de copiloto a la señorita de la guadaña. Llego a casa. Helena, estás preciosa. Joyce, estás hecha toda una mujer, Lyndon, bonito traje, Tanner, ¿ya empiezas a tontear? Ten cuidado no te hagas daño. Jack, Rita, Vicky, Louie, Tim...

Cenamos lo mismo de todas las Navidades, como siempre. El mismo pescado, el mismo vino, la misma sidra para los postres... ¿Algo cambia, salvo la conversación, que, desde que Arthur es senador, se basa básicamente en lo que se cuece en el DC? Bueno, a lo mejor sobre los trabajos de cada uno. Lo peor de todo es que ni yo ni Joyce podemos hablar del nuestro. Es la pega de trabajar con muertos... Y no precisamente de viejos, sino con asesinatos, degollamientos, cadáveres con más plomo que una siderurgica... Es lo que tiene el ser forense.

Y ya llegado a postre. ¿Qué mejor que ver el espectáculo de Lyndon y Tanner bebiendo más que los vikingos, y ver como se duermen como gilipollas en el sofá, ante las risas de Helena y la pasividad de todos los demás. Quizás debiera llorar por la pobre Helena, pues siempre repite ella la frase: "Que mono es mi chico" cuando el pobre empieza a reírse. Quizás debiera recordarle que el día que acabamos el instituto, Helena bebió tanto que acabó bailando en una barra americana con la pobre Rita, a la cual arrastró (para pesar de ella) al más ardiente de los números lésbicos. Puedo decir que desde entonces no creo que lo mejor de este mundo sea ser crema hidratante, sino barra americana. Ni yo ni Rita se lo hemos dicho jamás. De hecho, es que nadie se lo dijo a Helena. Era una cosa que creo que puede afectar a la pobre Helena, que se enorgullece de ser una chica ejemplar en su trabajo, una mamma italiana en la cocina y una zorra en cama.

Tras dejar a Tanner y a Lyndon durmiendo, siempre nos entra la muermera, así que pensamos en irnos a dormir. Sin embargo, este año quiero hacer algo distinto al día siguiente, que es, por una vez, amanecer en mi cama, como si ese bucle interminable no se hubiera repetido hasta la saciedad. La situación es perfecta. Por primera vez, ha subido el volumen de la música y me voy a ir a la tranquilidad del hogar, huyendo de todo aquello. No he bebido alcohol porque no me apetecía, así que podré ponerme en marcha para la tranquilidad de mi hogar. No habrá tráfico y podré estar durmiendo en una hora en mi casita. No me despido de nadie. No quiero arruniarles la fiesta.

Pero alguien se dio cuenta de mis planes de fuga.

—Richard, ¿a dónde vas? Me pregunta una Joyce mientras me aproximo a mi coche.
—A casa, Joyce. Estoy cansado.
—¿No te apetece quedarte?
—No mucho, la verdad.
—¿Ni siquiera a hablar conmigo?

¿Cómo puede uno negarse a una chica con carita de ángel como Joyce? De ninguna forma. Subimos juntos a una habitación separada. Y allí empezamos a hablar. De lo que sufríamos a veces, del trabajo, de nuestras amistades. En ese momento, ella dijo:

—Richard, ¿alguna vez has...?

Con los puntos suspensivos se refiere a "estar con alguien".

—No, no he tenido nunca tiempo para...

Ni me dejó acabar la frase, porque noté los bucles negros de Joyce rozádome la cara y sus suaves labios acariciándo los míos. Cerré los ojos y la dejé acomodarse. Era más pequeña de lo que yo imaginaba. En cierto modo, era divertido. Nunca me imaginé que ese angelito albergara sentimientos por mí...

lunes, 16 de diciembre de 2013

CARTA ABIERTA A LA SOCIEDAD: Querida Sociedad...

Querida Sociedad:




Quisiera decirte en vísperas de estas fechas tan entrañables: Felicidades, lo has conseguido. Has conseguido amargarme la vida hasta extremos a los que no creí que podrías llegar. Creí que antes aparecería algún zorrón del tres al cuarto haciéndose la niña buena y casadera para hacer como el huracán Katrina: Llevarse la casa, los niños, el perro, el coche, la Visa Oro, el amor, el placer, la felicidad... Pero no, no y no. No tuvo que venir ninguna loba con piel de oveja, si no que tú misma me has hecho trizas. Estoy en un punto en el que ya estoy hasta las gónadas de tí. Y ahora te explico por qué.

Sabes de sobra que yo nací con muy poquita paciencia y la poca que me queda agoniza probablemente en alguna cama de hospital bajo cuidado paliativos. Y lo peor es que aún tienes el valor de exigirme más paciencia para ciertas cosas. Entre ellas, las mujeres. No quiero esperar más a que aparezca algún angelito, no quiero que ninguna se apiade de este pobre idiota. Quédate a todas y dáselas a otros capullos o a otros capitidisminuidos para que se den cuenta de que, por muy limitados o malvados que sean, valen algo y tienen cierto valor para alguien. Para mí no quiero nada, porque lo único que me ha dado buscar el amor es una inmensa infelicidad, un rencor que me mata día a día y el sacrificio de mi salud mental.

En cuanto a los compromisos sociales no relacionados con la vida profesional: Si sabes de sobra que me aburren, que me son un coñazo inmenso, que me ponen del hígado, que ponen a prueba mi cordura... ¿Por qué insistes decirle a mi conciencia "Ve, será divertido" o "No tiene por qué pasarte nada malo"? ¡Deja a esa conciencia ser fiel a lo que desea, que es alejarse completamente de todo esa sarta de patrañas y de propósitos oscuros y deleznables y deja que yo desaparezca de forma completa de este mundo de engaños y de mentiras en el que dudo mucho que alguien en su sano juicio pueda ser feliz! Así que nada de fiestas, ni de sentirse obligado a nada y máximas facilidades para desaparecer del mundo.

Y respecto a lo de tener que cambiar: No tengo mucho interés en hacer cambios a largo plazo. Cada vez que me dicen de cambiar, me sale un sarpullido. No creo que pueda hacerlo, al igual que creo que el amor no es para mí, ni el cambio, ni la vida social universitaria. Si no vas a darme nada a cambio de todo este inmenso malestar que me mata cada día (que no lo vas a hacer) por favor, déjame solo. Con mi rencor, con mis desamores, con mi dolor, con mi afectividad cero, con todo lo que implique. Pero no me des más la vara, porque te vas a llevar al amor de mi vida (que no lo conoceré jamás), mi capacidad de socializar más allá del mínimo "buenos días" y de lo mínimamente aceptable y mi capacidad de cambio.

Admito que no soy perfecto. Puede que quizás pudiera hacer algo con eso. Pero hoy creo que ya es demasiado tarde. No debo vivir más tan cerca de cosas que me van a afectar emocionalmente. Ponme en un ambiente aséptico, en el que no tenga cabida ningún buen ni mal sentimiento. Simplemente, hazme insensible, Sociedad, hazme alguien capaz de contemplar como se prolonga esta agonía de forma estoica, alguien capaz de mirar hacia otro lado cuando conozca al amor de mi vida.  Por lo menos, haz que esto no me duela. Pero creo que me vas a hacer daño igualmente. Así que...

Espero que te siente bien, Sociedad, todo esto que te he dado en otra macabra ceremonia sacrifical y espero que con esto se aplaque tu ira. También espero que tu negocio de "compro silencio, incultura, no-cuestionamiento y memez extrema a cambio de vida plácida" vaya viento en popa por los siglos de los siglos. Pero NO VAS A JUGAR MÁS CONMIGO COMO SI FUERAS UN JODIDO "YUPPIE" DE WALL STREET. Porque ya me tienes muy quemado. Espero que no les hagas la puñeta a mayores a los que me rodean, porque ellos no tienen culpa de nada y que les des la vida feliz, agradable y cómoda que a mí me niegas.


Tuyo sinceramente,

Juan Mari Michelena

Ciudad de Michelena, 16 de diciembre de 2013

domingo, 3 de noviembre de 2013

La primera vez de Richard Langley.

—Emergencias 911, ¿dígame?
—Hola muy buenas, soy Helena Stewart y estoy en el Hotel Rosenthal, de West Manhattan, en la habitación 1069. Un amigo mío se ha desmayado y... y está muy mal.
—¿De qué paciente se trata?
—Se trata de un blanco joven de 19 años, el cual está muy mal. Está muy blanco y respira con mucha lentitud... ¡Ayuda!
—Le enviaremos una ambulancia de Soporte Vital Avanzado. Tenga a mano los papeles del seguro o la tarjeta de crédito. ¿Es familia del paciente?
—No...
—¿Es cónyuge o compañera sentimental?
— No...
—¿Entonces, es compañera de trabajo?
— No...
—¿Qué coño hace usted ahí entonces?
—Soy... Soy...
—No me diga más... Es cenicienta de saldo y esquina, ¿no?
—Sí... Snif...
—Le pasaré inmediatamente con el Departamento de Policía de Nueva York.

... ... ...

—Departamento de Policía de Nueva York, le habla Zaleski, ¿es usted Miss Stewart?
—Eh, sí, yo...
—Tranquila, nos lo ha contado todo el operador de 911 con el que habló usted antes. No se preocupe, con la ambulancia van a venir unos compañeros del NYPD que le harán unas preguntas. Mientras vienen, puede decirme como se llama la persona que está a su lado.
—¿Quién...?
—¡¿Quién puñetas va a ser?! ¡El que se está muriendo a su lado!
—Se llama Richard Langley...
—Langley... ¿Ha dicho Langley? ¿El hijo del senador Tim Langley?
—Esto... Yo...
—¿Cómo está? ¿Vive aún? 
—Un momento... Sí, pero respira muy lentamente y se encuentra muy mal... ¡Ay, Dios mío!
—¿Puede contarme qué pasó exáctamente? ¡No pierda de vista al herido!
—Pues verá, señor... Yo estaba en un bar intentado buscar algún jovenzuelo incauto y resulta que me llevó Langley a la habitación y... Nada más verme desnuda... ¡Se desplomó al suelo!

"¡AMERICAN MEDICAL RESPONSE! ¡Abran la puerta!"

—Cuénteles lo mismo a mis colegas. Parece ser que ya llegaron.

... ... ...

lunes, 28 de octubre de 2013

Amor

El médico de cabecera movió la cabeza. Habían llegado a sus manos las conclusiones del informe del psiquiatra. Por fin podría saber qué me pasaba, si esa sensación de sube y baja por esta vida era normal o patológica. El físico movió y me miró con una sonrisa.

—Bueno... Supongo que podría haber sido peor—comenzó—. No es nada grave. Es algo que pasa cuando se es tan joven como tú y se lleva uno demasiados palos. La enfermedad que tienes es una dolencia caracterizada por una bajada de la sensación de calidez, ganas de llorar contenidas, ganas de dormir y elevado deseo sexual. Tus necesidades afectivas son muy elevadas y los reproches que te haces a tí mismo también. Sientes que no eres el mismo de antes y que no puedes hacer las mismas cosas sin pillarte un buen rebote. Esa enfermedad hace que te vuelvas taciturno, de ojos tristes, incapaz de sonreír, deseoso de un abrazo y un entendido en ropa interior de chica. Tienes miedo de hacer daño y de que te hagan daño. Te ves capaz de aguantar hasta el peor de los sufrimientos y todo el desprecio que pueda existir en el mundo hacia tu persona con tal de no molestar a los demás, te culpas de tonterías... Lo peor es que su curación sólo la hace el tiempo... Si es que quiere bendecirte con tal suerte.

—¿El tiempo puede curar mi enfermedad?—pregunté.

—Sí. Llegará un día en que tus hormonas se pongan en su sitio. Dejarás de ver a las jovencitas como posibles candidatas y el sexo para ti será poco más que ver los resúmenes de los partidos de Primera División en el telediario. De evolucionar como sigues, jamás podrás esbozar una sonrisa, te sentirás como un extraño en la mayor de las fiestas. La sensación de levantarse cada mañana puede ser realmente atroz, y puede que no puedas convivir con ello, de modo y manera que te suicidarás y te dará igual porque no has querido ponerle cura...

Ahogué un grito.

—Aunque...Tal vez consigas encerrarte en tu mundo de libros de texto, vivir solo de eso, negando la realidad de tu soledad, creyendo que tú eres el único hombre del mundo y los demás son fantasmas que aparecen y desaparecen  de él como almas en pena. Tu día será de la consulta a la cama y de la cama a la consulta. Y podrás soportar esa penosa realidad porque de vez en cuando podrás ahogar tus penas con amor de alquiler, porque realmente creerás que ese es el premio de consolación para alguien tan flojo como tú. Tampoco te será tan doloroso llamar a un par de ucranianas bien monas, ya que ellas se encargarán de esbozarte una sonrisa previo pago de su importe. Esa cita casi bimensual será tu única escapatoria a ese mundo de verdadera tristeza...

—¿Hay alguna salida no dolorosa?

—Eso, por desgracia, depende tanto de ti como de los que te rodean.

Hundí la cabeza sobre mis brazos y pensé angustiado en el futuro. El médico de cabecera anotó algo que parecía "locus de control externo de la felicidad". No quise mirarle a los ojos. Me sentía como si me hubieran diagnosticado un cáncer...

—Bueno, tampoco es para ponerse así...

—¿¡Cómo que no es para ponerse así!?—chillé—. Llevo sufriendo durante 19 años este mal, llevo sufriendo esa necesidad imperiosa de acercarme a una mujer y abrazarla, para hacerla sentir la reina de mi cielo, desear para poder seguir vivo. Pero algo me dice que me puedo hacer daño y que no debo hacer nada por conseguir el favor de ella... Oh, Dios mío...

El médico de cabecera se quitó las gafas y dijo:

—¿Si te digo que esa enfermedad se llama "amor"... dejarás de hacerte la víctima?

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sábado, 26 de octubre de 2013

La patológica libertad del "Occie".




26 de diciembre de 1996. Un hombre entra en un casino en Las Vegas y hace saltar la banca, haciendo quebrar al casino. 27 de diciembre de 1997. El Departamento de Policía de Las Vegas encuentra a un hombre en su habitación de hotel, dentro de la bañera con las venas del antebrazo seccionadas y con tres botellas de vino vacías a su alrededor. Ese hombre era el mismo que hizo quebrar el casino. ¿Qué demonios pasó en la mente de ese hombre?

No lo sabemos con exactitud, pero la respuesta pueda estar en otro ejemplo: Un profesor mío de la Facultad me contó en cierta ocasión que tenía una conocida matrimoniada con un profesor de universidad que residen en los Emiratos Árabes Unidos y que él se ve obligados a bajar el nivel de exigencia para sus alumnos, dado que si no, hay bacarrá y multitud de alumnos suspensos que vienen a clamar justicia en el despacho del marido de ella. La justificación de un alumno era: "Si lo tenemos todo y nuestros padres nos lo compran todo pase lo que pase, ¿para qué estudiamos?". Lo peor de esto es que muchos de estos malcriados fabricados en serie... ¡No son felices!


Sí, la madre Naturaleza es muy caprichosa. Casi tanto, como lo fue Liz Taylor.

Como siempre, la naturaleza nos da una sana explicación. A parte de mostrarnos su talante caprichoso (casi a la altura de las mujeres más hermosas), nos muestra un axioma: el ser humano, como animal salvaje que fue en su día, está programado genéticamente para sobrevivir en circunstancias de escasez, no de abundancia extrema.

Nuestros antepasados no han podido nunca prosperar demasiado: siempre había una guerra, una división draconiana en clases sociales o un señor feudal o tiranuelo de turno que les robaba lo que no tenían. A partir de la Segunda Guerra Mundial, nuestros antepasados conocieron cosas como mejoras de las condiciones de vida, servicios de salud mejores y la creación de un estado llamado estado del Bienestar. Quizás los últimos años de la vida humana que son de feliz recuerdo son los finales de los 50 y principios de los 60, en los cuales los países empezaban a prosperar, de una forma más liberal o de una forma más intervencionista. La cuestión es que la gente empezó a vivir mejor. Y de tener poco pasaron a tener más de lo que sus abuelos habían soñado con tener.

La generación de entreguerras dio lugar a la generación del Baby Boom. Y esa generación se caracterizó por ser la primera en la historia en tener los problemas materiales resueltos. Y, una vez se resolvió los problemas del cuerpo, trató, con el más estrepitoso fracaso, resolver las cuitas del alma, tanto las introspectivas como las extraspectivas. La lucha de los baby boomers de resolver esa papeleta incluyó el ejercer de agitadores en Berkeley, el ecologismo, el movimiento feminista, la consecución del poder popular, el movimiento hippy, o su participación en la huelga más exitosa de toda la historia contemporánea, que fue el Mayo francés. Todo ello, trufado, como no, de la maravillosa voz de Janis Joplin, la guitarra de Jimmy Hendrix y el teclado de Ray Manzarek, de The Doors. Sí, podría decirse que fue de lo poco bueno que la humanidad sacó de los 60 y 70.


Mucha intifada para poco "romano"...

Esa generación ha conocido, y las posteriores han nacido ya con unas comodidades que han hecho que se dedicaran a fomentar la resolución de disquisiciones que sus padres (o abuelos, en el caso de la generación X). Tanto es eso, que ha llegado un punto en que los seres humanos han decidido emplearse a tiempo completo en sus conflictos metafísicos, renunciando a trabajar. Y ahora bien, ¿es posible en el Occidente contemporáneo vivir SIN TRABAJAR? Pues hoy, aún con la que está cayendo, a 25 de octubre de 2013, es posible vivir sin dar un palo al agua. Y no solo vivir, sino vivir muy bien, con una libertad y comodidad que no habían tenido nuestros ancestros. Y en esa sobredosis de libertad ligada a la abundancia hay un componente patológico, además de una inmoralidad sin precedentes.


Este es el mayor ni-ni de España. Lleva viviendo del cuento desde que Franco era guardacabras en el ejército de África.

No estoy insinuando que esto debiera convertirse en un estado prisión (para mí, la libertad es el bien supremo), pero es evidente, para todos nosotros que con dinero se puede comprar no solo voluntades, sexo, cochazos, casas, sino que también se puede comprar una cosa: libertad. Si tienes dinero, puedes hacer con él lo que te de la real gana. Puedes desayunar en Tokio, comprar un avión y comer en Durban y dormir en Anchorage si tienes dinero. Y en determinadas naciones, es más fácil de lo que pensamos conseguir dinero... Y la manera más sencilla es emplear irregularmente el dinero de otros. De esa forma, el ser humano vive sin dar un palo al agua, porque tiene, al menos en la vieja Europa, los servicios fundamentales cubiertos por Estados que en muchas ocasiones no suele poner pegas a nada, ya que normalmente sus responsables suelen campeones del latrocinio y, desgraciadamente, no todos los estados keynesianos funcionan tan bien como Dinamarca. Para redondear tal nómina tan inmoral como egoísta, realizan luego una chapucilla por allí y por allá... Para que llegue el verano y el pasiano diga: "¡Coño, que me puedo ir a Punta Cana, y no he cotizado jamás en a la Seguridad Social, ni he pagado impuestos!" Pero aún así, ¡tienen los santos huevos de quejarse de que qué mal están las cosas, de que hace falta la construcción del poder popular, que yo tengo mis derechos...! ¡Si vives de puta madre, desgraciado!

Ahora bien, ¿qué derechos debiera tener esa persona que, en su voluntad de vivir del cuento, no ha cotizado jamás a la Seguridad Social y no ha contribuido solidariamente a unos servicios públicos de elevada calidad para todos? Para mí, el mismo que le confirió Dios al traerle al mundo: el de abandonarlo con la misma parada cardiorespiratoria con la que todos nos vamos de él.

Por la parte de los de abajo, malo, pero si nos vamos a los niños bien, peor. Si unos la golfada la hacen para con todos, estos la hacen para con pocos, ya que viven a modo de parásitos de sus señores padres que les han dado de todo,  creándose una generación de jóvenes que no han tenido que trabajar en su vida para conseguir cosas y se pasan el día apalancados dando patadas a los botes. Pero, lejos de estar felices... ¡Son desgraciados y se suicidan en masa!

Con este alegato no pretendo ridiculizar el Keynesianismo ni a los ricos, pero simplemente retrato a un mundo desquiciado que no sabe que hacer con su vida ni con su libertad y su abundancia. Y lo peor es que todos están refalfiados, malcriados, tanto ricos como no tan ricos. Se han acostumbrado a vivir tan bien que llega un momento en que si la vida les pone las cosas un poco duras (relaciones conflictivas, trabajo mínimamente exigente, familia problemática), no quieren hacer frente a esa dificultad. Hay un amplio sector del género humano que sólo quiere ver la vida de color de rosa y que aún teniendo los medios particulares o estatales para ello, ¡no es feliz!

El paisano del principio de este post (el del casino de LV) solo tenía razones para estar feliz. Esa noche había ganado millones de dólares, de modo y manera que podría vivir holgadamente el resto de sus días sin pegar sello. ¿Qué cable en su cerebro hizo que pusiera fin a su vida?

Considero neurocientíficamente posible la existencia de un botón de pánico que se ciñe por las reglas genéticas heredadas por los seres humanos del mundo antiguo, habituados a una vida sacrificada y de escasez.  Ese botón de pánico activa nuestro sistema límbico y crea un gran maremagnum de emociones que causa que el individuo tenga espanto de su suerte y, ante la perspectiva de una gran libertad, se vea obligado a acabar con su vida porque no puede hacer frente a ella porque no está preparado para nadar en el mar de la abundancia, de modo y manera que decide ahorcarse en el parque, hacerle una mamada a un revólver o tirarse del Golden Gate. Y lo peor de todo esto es que se va a acentuar con la crisis económica, ya que hay muchas personas que están habituadas a vivir de las rentas, de estafar al estado o de "ni-ni" voluntario. La población activa va a ser masacrada a impuestos y las personas que aportan algo a la sociedad van a vivir peor, siendo la primera generación después de la Segunda Guerra Mundial en vivir peor que sus padres.


ADVERTENCIA: Las autoridades sanitarias advierten que te ganar el Gordo de Navidad, tener un polvo con la persona más agraciada de tu entorno o estar demasiado tiempo jugando malamente a ser la conciencia cósmica del universo PUEDE MATAR.

Si queréis, amigos míos, evitar ser infectados con la virosis de la libertad patológica, hay una cosa que podéis hacer: ponéos una meta y centraos en eso. Y una vez que logréis, buscaos otra inmediatamente. Recordad, la máxima libertad va acompañada de la máxima responsabilidad.




sábado, 19 de octubre de 2013

La primera clase con Lillian Lee Welsh en la Universidad.



Impresionados por su juventud y su orígen norteamericano, el joven doctor Lillian Lee Welsh subió a la tarima del aula magna de la Facultad de Medicina con sus libros de la mano. Ataviado con una bata blanca, Welsh miró con sus ojos amargos propios de Nueva Jersey. Dejó los libros de Bioética en la mesa y acto seguido, para sorpresa nuestra, los guardó en el cajón. En silencio, tal y como había entrado, se movió como si no pesaran sus pasos hacia el encerado y escribió dos cosas en letras mayúsculas:

"LILLIAN LEE WELSH, MD. BROWN, PROMOCIÓN DEL 98.

LECCIÓN CERO: SER PERSONAS".

Welsh se mesó el cabello castaño rizado, bajó la mano en la pizarra y miró al aula magna con ojos perplejos.

—Pónganse las batas, por favor—dijo en perfecto español, sin mirar al auditorio.

Obedecimos y acto seguido, nos pusimos las batas blancas. El aula se tiñó de blanco y Welsh hizo una mueca de satisfacción y empezó a hablar.

—A lo mejor hace mucho calor pero quiero que esta clase, aunque no vayamos a sala de disección, ni a un laboratorio de prácticas ni al hospital, lleven la bata blanca. Quiero que en esta primera lección aprendan algo que generalmente muchos dan por sabido, pero que en el fondo no es así, si no no habría escrito como primera lección ser personas. Presten mucha atención, ya que esto no solo mejorará su calidad como profesionales y les permitirá escoger si trabajan para la Seguridad Social o para la Mutualidad Agraria de Granjeros del Oeste de Arkansas, sino que además les hará mejores personas y les ayudarán a conseguir lo que quieren sin hacer daño a nadie. Esta clase es una clase 100% teórica, pero la práctica la deciden ustedes. Al fin y al cabo, tanto el bien como el mal son dos principios fundantes en la sociedad moderna, afectando tanto a la americana como a la portuguesa. Les ruego que no tomen nota y me escuchen con absoluta atención. Por favor, los de los portátiles, guardadlos. Esto que voy a contar es más interesante que el ver si las monas de la clase han subido las fotos de la última fiesta...

El aula magna hizo una pequeña carcajada y los que tenían el netbook o el portátil en la mesa lo guardaron con prontitud. Lillian Lee Welsh lanzó una mirada asegurándose de que no veía ningún portátil ni ningún cuaderno ni bolígrafon en la mesa. Sólo quería oídos y ojos para él. Ya nos habían avisado los veteranos que el doctor Welsh era un poco peculiar... Pero no creímos que tanto.

—Lo que van a aprender hoy es la lección que espero que todo el mundo, desde que se levanten hasta que se acuesten, y es a ser personas. Han escogido una profesión en la cual, además de llevar una bata blanca que les identifica como personas que la ejercen, se les suponen ciertas habilidades que no se aprenden ni en el tratado de cirugía del doctor Letamendi Irigoyena ni en el Langman de Embriología Humana. Ni si quiera en los manuales de ética profesional. Lo que les vengo a enseñar hoy, y para siempre, se llama ser PERSONA.

PERSONA. Eso escribió en la pizarra.

—Por persona no entiendo el significado latino de "trasunto", de "algo falso", sino todos y cada uno de ustedes y de los demás seres humanos. Ustedes tienen que mejorar sus habilidades sociales y emocionales, pues aquí vamos a sacarles el cinco pelado con el alma y a pulir esas manías tan propias de los que han entrado por la puerta grande y se han convertido en estudiantes de medicina.

MANÍAS.

— Por manías entiendo esas actitudes que son propias de aquellos que han vencido a la selectividad más injusta y de haber sobrevivido al peor sistema educativo del mundo, que es sin, duda, el español. Han sobrevivido, ahora pensarán "¡Yupi! ¡Estoy en Medicina! ¡Ahora irá todo rodado!" ¡NO!—ese no retumbó en todo el aula—. Nada se ha acabado en la selectividad. ¡AHORA ES CUANDO USTEDES VAN A CONOCER LO BUENO! Y eso se llama dar el callo aquí, día tras día, sufriendo noche tras noche, llorando cada vez que van al exámen y rezando a la Virgen Blanca para que algún día tengan en el Facebook esa foto con los padres después de haberse graduado. ¡Esto va a suponer el reto de sus vidas! No lo olviden. Pero volviendo al tema de las manías, es de destacar unas cuantas en los estudiantes de medicina.

HITLERISMO.

—Sí, hitlerismo. Se creen racialmente superiores, tocados por Dios. Elegidos como el pueblo dominante para sojuzgar a canis y chonis y al inútil sistema educativo. Y claro, Hitler era un tirano. Y como buen tirano, quería hacer una sociedad ordenada acorde a sus ideas y valores. ¡ESO ES MUY PELIGROSO! Y puede llevara a cabo cosas injustas.

Welsh hizo una flecha en MANÍAS. Encerró HITLERISMO en un óvalo y en letra cursiva escribió en minúsculas, en otro óvalo Apartheid.

—¡Sí, apartheid! Muchos de ustedes probablemente crean que todos van a ser maravillosos, geniales, amantes de las fiestas, amigos de la pachamama... Vamos, el acabóse. ¡No, señores! Aquí van a conocer gente de todo tipo. Medicina es conocer al ser humano, física, psíquica e intelectualmente. Y lo van a conocer. Yo por ejemplo, tenía un compañero que tenía una  obsesión por los materiales de escritura brutal. O por ejemplo, yo tuve a una compañera que era modelo, y cuando sonreía a más de a uno le alegraba el día. Y claro, pretendientes a punta pala... O bien tuve a uno que era más chulo que ninguno. Pero hemos de convivir con esa fauna humana y ustedes van a hacerlo si de verdad quieren estudiar medicina. Si no quieren enfrentarse a mendigos afectivos que lo que necesitan es amor y comprehensión, niñas pijas que se creen afrikaneers en la Sudáfrica de los blancos y a gente con la psique de la mata de habas, más vale que se marchen a carreras como Farmacia (si después del shock postraumático siguen interesados en las ciencias de la salud), a Informática o a Filología Hispánica, en las que el contacto humano es mucho más reducido y a veces es inevitable pensar que se vive un poco mejor si uno ama el anonimato. Pero si a pesar de todo quieren continuar...

Abran su mente y su corazón




—Ser médico no implica ser un tulllido emocional. Ser médico implica comprensión, cariño, humanidad... Por favor, sean abiertos de mente y de corazón. Con esto acabamos, gracias.


jueves, 17 de octubre de 2013

Quiero salvar la Seguridad Social.




El segundo gran quebradero de cabeza de un futuro médico de la Seguridad Social (como lo vamos a ser la mayoría de los otros, entre ellos, yo), después de la salud de nuestros pacientes (nuestra principal preocupación), es el terror más grande del funcionario del Estado en tiempos de crisis: que se declare la suspensión de pagos y que nos manden a todos a nuestra casa. Es algo que si en algún momento la transferencia de capital procedente de Europa entre bancos y Estado falla ocurrirá sin remedio, pues es un secreto a voces que el déficit de la Seguridad Social es de 15000 millones de euros. Y lo más gracioso es que no han mejorado las coberturas. Nuestro sistema de salud sigue siendo lento, cuartelero y masificado. Sigue sin cubrir cosas como las operaciones de la vista, las gafas y el dentista. ¿Entonces, cómo demonios se ha podido endeudar tanto?

Los políticos es una parte de la respuesta, pues también en el ajo están metidos de hoz y coz muchos médicos politizados, enfermeros, auxiliares y demás personal hospitalario que de la suma de sus múltiples sangrías irregulares hacen de la Seguridad Social un gigante con los pies de barro que en cualquier momento puede irse a pique. Tal y como decía Balzac, "detrás de una gran fortuna, hay un crimen".  Fondos de reptiles, un poquito por aquí, que si encarezco algunas obras por allá, que si tal intervención cuesta el triple de lo que realmente cuesta...

Esto probablemente sea algo que algunos que estén en contra de mis tesis utilizarán como un recurso para decir que yo defiendo que se privatice de forma íntegra el SNS, dejando pie a las todopoderosas mutuas para que cada uno se haga una póliza de seguro. Nada más lejos de la realidad. Considero que el tener dos sistemas de salud (uno obligatorio y estatal y otro privado voluntario) es una ventaja, ya que el Estado puede proteger al ciudadano en caso de que las cosas le vengan mal dadas en todo momento, de modo y manera que lo que no pueda conseguir por vía particular lo puede conseguir por vía del Estado, y viceversa.

Pero estamos en una época en la que ese sistema de Seguridad Social corre peligro. No sólo por la ambición desmedida de los golfos de una casta política cada vez más alejada de la ciudadanía y de los propios que hacen el sistema de salud una bomba de relojería. Sino también porque la diferencia entre ricos y menesterosos se acentúa, mientras que la inmensa clase media se queda aprisionada entre dos extremos. Pero de los ricos ya hemos dicho mucho. Ahora es el momento de hablar de los menesterosos. Pero no de los buenos menesterosos, los cuales tienen mala suerte en la vida, sufren dolores horribles, etc... Voy a hablar de otro tipo de menesterosos, sino de menesterosos voluntarios que pueblan la sociedad española y que tienen como meta en la vida vivir lo más cómodamente posible, y si lo paga el Estado, mejor que mejor. Esos falsos pobres tienen una idea equivocada del concepto de lo que es público, dado que creen que no es de nadie, cuando en realidad es de todos.

Para ilustrar la manera de pensar de dichos menesterosos voluntarios, aquí tengo esta pequeña historia. Tengo un conocido que trabaja en una oficina de empleo, a la cual un día entró un pintor. El pintor acababa de quedarse sin empleo por la quiebra de su empresa. Se le tomaron los datos y mi conocido le llamó unos tres días después para ofrecerle un trabajo que cumplía con los requisitos del convenio colectivo (no es cuestión de obligar a la gente a aceptar la esclavitud y volver a la Alabama de los años 40) y en la capital de la provincia. Entonces, el paisano dijo: "¿Se pinta a pistola o a brocha?". Mi conocido le contestó que a brocha y rodillo. La oferta de empleo fue rechazada por ese caballero. Otra oferta le fue ofrecida a posteriori y que implicaba hacer trabajos por toda la provincia y que sólo podía volver a la ciudad el fin de semana, eso sí, con alojamiento y comida incluídos. También fue rechazada.

¿Esto que quiere decir? Que nos estamos volviendo muy señoritos en los tiempos que corren. Muchas personas, al sentirse tuteladas por papá Estado, con una educación, una sanidad, unos servicios públicos mínimos garantizados, empiezan a pensar que qué bonito es vivir del cuento, que no me debo dar prisa para buscar trabajo, que puedo esperar hasta que se me acabe la subvención, ya que me puedo pasar hasta las 11 de la mañana en la cama y cobro 400 sin dar un palo al agua, y que si es necesario, hago chapuzas, como en casa de los suegros, de los padres, etc. Esa actitud creo que debiera incluirse en las leyes españolas como una actitud irresponsable para con el Estado y, por ende, los individuos que componen la sociedad. Al igual que exigimos que nuestros políticos se comporten como señores y no como verduleras, debemos mejorar nuestros estándares morales y sociales, castigar con la misma severidad la corrupción desde la base hasta la pica de la pirámide, e implantar algunas de esas cosas tan evangélicas luteranas que tanto nos espantan aquí, en la piel de toro. Todo sea por salvar el derecho a la salud, a la educación, a unos servicios públicos, de millones de personas que nos rodean y con las que convivimos día tras día y que muchos de sus conciudadanos, más o menos ricos, más o menos inmorales, les están haciendo la púa.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Segundo año. Episodio I: ¡Señor, ten piedad de mí!

Tras pasar limpio de curso he llegado a segundo de Medicina. Sorprendido por los logros conseguidos, he tomado las dos asignaturas que tengo en este primer cuatrimestre (Morfología, Estructura y Función Integradas del Cuerpo Humano, alias "la macro"; y Bioquímica II) con bastantes ganas y alegría. Las cosas en el plano intelectual funcionan medianamente bien.  Pero para que esto vaya ahora bien, he pasado un verano horrible, en el que me enfrenté a mis compañeros de clase, y, principalmente, a mí mismo. Y esa transformación empezó el pasado 10 de junio...

Acabábamos de terminar los exámenes y me vi con fuerzas para salir por ahí en plan disco, ruido y niñas monas con taconazos de 10 cm de altura. Pero no fue nada agradable salir con los compañeros de la facultad porque vi cosas que me parecieron infernales: y por infernales entiendo como cosas que suponían la imposibilidad de la razón. Lo único bueno que saqué de aquella noche fue acabar con la cabeza en el hombro de la belleza de la facultad, con una expresión de perro apaleado, envejecido. Algo en mí se había roto. Y sigue en cierto modo roto, porque lo he pegado de la forma más chabacana posible con Super Glue. 

Busqué mil maneras de hacer de mi vida un lugar más agradable. Intenté anestesiar mi dolor con películas clásicas, pero en el fondo sólo lograba hacerlo florecer más fuerte. Lo único que logré fue un ataque de ansiedad muy fuerte. Y todo porque me sentía sólo. Muy sólo. Y entonces decidí declarar la guerra a aquello que tanto daño me había hecho. Empecé una intifada constante contra mis compañeros de grupo, a los cuales responsabilicé integramente de todos los males de la Tierra que se puedan imputar a terceros. Mi metáfora favorita para referirme a ellos es llamarles "los frutos de un mal incesto" o los "moralmente inferiores". Creí que romper relaciones con ellos sería algo positivo, algo incluso deseable, algo incluso necesario. Pero tras la guerra de "piedras contra balas", quería ir más lejos. Quería una guerra abierta. Menos mal que dos amigos míos me pararon los pies, porque yo era capaz en aquellos momentos de ponerme a prueba. Pero, a tres semanas del inicio del curso, decidí dejar de odiar, dejar de sufrir, de hacer mi vida un imposible. Pensé que ellos fueran como quisieran, pero yo sería como había de ser. Y me daba igual si me odiaban o no, porque no les odiaría yo ni les guardaría rencor. Admití mi gran responsabilidad en el conflicto. Ahora tengo una relación positiva con la gente de mi clase, sin ser tampoco algo increíblemente bueno. 

Por si fuera poco, este verano creo haber conocido, por primera vez en mis 19 años a una chica que creo que merece la pena vivir con ella. No le he dicho nada, pero parece tener lo que me gusta: es bonita, agradable, cariñosa, refinada... creo que es eso, vamos. Pero no me atrevo a decirle nada. ¡Que le voy a hacer .______.!

Ese verano turbulento me ha servido para empezar bien el curso y con ganas. De él saqué varias conclusiones: No valgo para nada más que para estudiar, dormir, leer, y ser un espantajo emocional que ve como los otros son capaces de llevarse a la mujer que les gusta al huerto. Cojonudo, pues soy eso. Lo acepto. A cambio sólo tengo palabras de bondad infinita, de cariño, de buen hacer, estoy reconciliándome con las chicas guapas a las que les he tirado los trastos y se han sentido ofendidas y esperando tiempos mejores para mi desarrollo emocional. No es una época agradable la que me ha tocado vivir, pero espero que sea un poquito mejor con el tiempo y creo que puede ser mejor.

Tened miedo, mucho miedo.

Esta semana se ha producido la mayor aberración de la historia de Grecia desde que los Papandreu y los Karamanlis entraron en el terreno político: Estamos hablando de la "desarticulación" social de un partido político que representa en 18 circunscripciones a un gran número de helenos. Estoy hablando del partido Movimiento Popular-Amanecer Dorado, un partido seguidor fiel de las ideas fascistas de Ionnis Metaxas, un dictador títere del Tercer Reich que gobernó Grecia con mano de hierro hasta la llegada a la península helena de los Aliados.

Decidme lo que queráis, pero hoy por hoy, este hombre con cara de sapo es para mí el más desdichado de los griegos.

Como es sabido por todos, ayer la Policía Antiterrorista detuvo a toda la cúpula política de Amanecer Dorado acusándolos de autoría intelectual de asesinatos como el del rapero filomaterialista Pavlos Fissas y tentativa de varios. Esta misma tarde, seguidores de Mijaloliakos se manifestaron en la puerta de la comisaría central de Policía de Atenas reinvindicando su liberación, así como la de sus otros 16 correligionarios arrestados. Si el lector es un comunista fanático, probablemente esté descorchando botellas de champán diciendo que los nazis van a ir a la trena. Pero si yo fuera usted, mi querido lector materialista, no estaría tan tranquilo, ya que esta detención da pie a un problema que debe preocupar tanto fascistas como materialistas: la caza de brujas.

La detención de la cúpula de AD no ha sido casualidad. Se produce dos semanas después de que Nikos Mijaloliakos, lider de la formación y parlamentario, amenazara con retirar su bloque (18 escaños) del parlamento. Esto hubiera supuesto una convocatoria inmediata de elecciones. De hecho, desde el viernes de hace dos semanas, la bancada de los ultraderechistas estaba vacía en el Consejo de los Helenos. El Primer Ministro griego, el centro-derechista Antonios Samaras anda ahora de negociaciones con la Troika para un nuevo paquete de medidas de austeridad... ¿Coincidencia? ¡No! Y más aún si sabemos que las encuestas dan un 23% de votos a AD, sacándola del 7% de los votos obtenidos en las últimas elecciones.

Esas son las pruebas que deben hacer pensar a lectores moderados o materialistas: los falsos demócratas (ND y PASOK) se acaban de quitar la máscara. Sólo son demócratas si todos juegan a su juego. Por lo demás, no dudarán en emplear la fuerza para intentar detener a cualquiera que se salga de sus reglas, que diga que se joda la troika, que los griegos necesitan salud, trabajo, educación, prosperidad... Y eso no sólo lo pregona AD... El Partido Comunista de Grecia y SYRIZA también, aunque desde su óptica marxista.

Llamo a la población civil de Grecia y al resto de Europa, a los miembros tanto de partidos de extrema izquierda, como de extrema derecha, a los que se definen demócratas, a los que tienen ideales distintos a la mayoría a estar en guardia. Los que tienen la manija y han abusado de su poder quieren ser los nuevos reyes absolutos, sólo que con menos glamour. Quieren Audi, Rolls, escorts de lujo, palacios y poder, mientras su pueblo mira y aplaude, idiotizado por sus líderes. Y al que se salga del redil, no dudarán en hacerlo desaparecer. En las próximas elecciones, naciones de Europa, castigad en las urnas con la máxima contundencia a los partidos del "establishment". Demostrémosles que no les necesitamos PARA NADA y que SOMOS SUS DUEÑOS, NO SUS ESCLAVOS. Buenas noches.

viernes, 27 de septiembre de 2013

La prostitución como prestación de la Seguridad Social.

Desde mi blog, siempre lleno de soluciones para el peor mundo posible desde el mundo feudal y su recreación más reciente y malévola (la Unión Soviética), voy a lanzar una pregunta seria: ¿Aprobarían ustedes que la prostitución, algo denostado, muchas veces en el limbo de lo legal y lo salubre y con historias de explotación, instintos básicos y sufrimiento humano; algo reconvertido en un servicio de la Seguridad Social, libre de problemas, hecho por voluntarias y voluntarios dispuestos a satisfacer la libido de aquellos que la vida emocional y laboral ha apartado de la senda de la sexualidad y el afecto? Mi respuesta no podía ser más rotunda:

Ahora más que nunca, la sociedad está más erotizada que nunca. Todas las personas cuidan su físico de una manera que raya la obsesión: Los hombres masa dotan su cuerpo de una físionomía propia de los tronistas del reality de moda o se convierten en algo similar a estrellas del porno. Por su parte, las mayoría de mujeres, de ciencias, letras, de Noruega o de Chile, parecen ejecutivas agresivas del mundo de la publicidad capaces de vender su cuerpo como arma definitiva para conseguir su contrato. A esto hay que sumarle la televisión, el arte, el cine... Nuestro mundo está burdelizado. Pero de una manera cutre y mal hecha, fruto del aborto del "Flower Power" y del materialismo. Muy bien: El mundo se convirtió en el gran prostíbulo. Pero las burdelizaciones se pueden hacer con estilo. Y lo que estoy proponiendo es un canal para que la libido nociva, la tensión sexual no resuelta, los agresiones sexuales, la idea de la prostituta como portadora de enfermedades y destructora de la sociedad y de la familia tradicional, desaparezcan de la faz de la tierra.

El ser humano tiene fantasías sexuales: rubias, morenas, pelirrojas, diosas de ébano, lencería negra, penes como paquetes de donnettes, consoladores de tamaño "alien", latex, duchas de esperma, "lluvia dorada", dos monadas recién con los 18 recién cumplidos haciendo guarradas la una a la otra... Sí, hemos fabricado todo eso... Pero el hecho de no poder proyectarlo nos produce en ocasiones dolor, frustraciones, daños físicos, psíquicos, infidelidades, violaciones, perversiones nocivas... Y viviendo en una sociedad en la cual se supone que el Estado tiene una responsabilidad para con los individuos (hablo de mi país, España, y las naciones europeas que tienen la conciencia de que el Estado ha de cuidarte desde la cuna a la tumba). Por ello: urjo al Instituto Nacional de Seguridad Social a crear una unidad que se hallará en todos los hospitales públicos, centros de salud y de especialidades de mayor tamaño, y en los privados que lo deseen, a implantar un Servicio de Atención Afectivo-Sexual.




Ahora saldrá algún listo berreando "yo quieroooo".

 Ese nuevo servicio se hallará al alcance de cualquier ciudadano/a (sí también ciudadanas), ya sea rico o pobre, tendrá como principal objetivo suplir las carencias afectivas, sexuales y emocionales de cualquier persona que lo necesite, y tendrá acceso inmediato a él previa cita con la tarjeta de la Seguridad Social. El SAAS tendrá como equipamiento lo más sofisticado de la erótica humana, desde lencería de encaje hasta la ropa interior masculina más ceñidita, pasando por lo más radical y duro del mundo del sexo. Así pues, tendrá también las más optimas condiciones de seguridad, salubridad  y protección, en base a los principios de contraconcepción y protección frente a las ETS más avanzados, tanto para trabajador/a como para usuario, siendo este último complacido en sus deseos más íntimos, sea cual sea su orientación sexual.

Considero que los principales destinatarios de este servicio han de ser:

-Personas sometidas a trabajos de alta exigencia y tiempo que les impiden fructificar una relación en pareja normal (investigadores, ejecutivos de alto standing, autónomos, estudiantes...)
-Personas cuyas relaciones de pareja llevan consigo la insatisfacción de muchos deseos ocultos y "prohibidos" por la mojigata moral social (sexo anal, tríos con dos jovencitas, lluvia dorada, sadofem...)
-Personas que necesitan dar rienda suelta a sus pasiones más ocultas con tal de evitar males mayores contra terceros.
-Personas que su insatisfacción sexual y afectiva pueda conducirles a cometer conductas antisociales y a vulnerar la ley.

Para la formación de profesionales, se crearía el título de Formación Profesional de Grado Medio de Técnico/a en Salud Afectiva y Sexual. Entre las múltiples habilidades que deben dominar son las amatorias, la anatomía, fisiología e histología base del sexo, lecturas sobre teorías de sexualidad, psicología aplicada y conocimientos culturales sobre diversas cosas, con el objetivo de agradar a los futuros usuarios del SAAS y hacer que se sientan cómodos.

Alguno dirá ahora: "¿Pero quién coño/pollas va a querer vender su cuerpo?" Pues más gente de la que algunos creen y menos de la que se imaginan. El trabajo estaría bien remunerado y tendrían privilegios que otros no tendrían, como una prejubilación a los 55 años, un cómodo espacio de trabajo lejos de la frialdad de las blancas paredes de los hospitales, una vida sana y la protección del Estado español. 

Ahora alguno dirá que soy un machista retrógrado, que me busque novia, que eso no iría ni el tato, que es una aberración emplear a los seres humanos como objetos... Pues quizás tendrían que pensar que este servicio hará a muchas personas más felices, reducirá el paro y la criminalidad sexual, hará que nuestra sociedad sea más abierta al sexo y además permitirá a la gente experimentar cosas que con la presión social y el miedo a las mafias no estaban a su alcance. Además, aquellas personas explotadas recuperarían su libertad, al dar el estado un monopolio seguro, público, protegido, frente a aquellas formas de prostitución aberrantes, horrendas, que ocultan miles de sueños y promesas difusas.

Y ahora me despido de vosotros con una frase de Sigmund Freud: "Todo es sexo, menos el sexo". ¡Hasta la próxima!
 

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Hace falta un nuevo Berkeley?




1968. Berkeley, California. Los agitadores universitarios de Berkeley son los protagonistas de las mayores protestas contra la guerra de Vietnam.  Ya había pasado bastante tiempo desde que tras la Guerra Mundial y las décadas de los 50 y los primeros 60, en la cual muchas naciones desarrollaron un crecimiento económico record, haciendo que las preocupaciones pasasen del plano espiritual al plano material. Y en ese plano material (no, no estoy hablando de comunismo) estoy hablando de las preocupaciones frívolas como "Ay, no tengo el último modelito de Vergara Telechea, que palo, jo" o "Ay, el primo Angelo tiene un Chrysler De Soto y yo tengo que tirar del Vespino". El materialismo, en su manera despótica, trataba de poner solución a los problemas más grandes del hombre y dar respuesta a todo. Por ello siempre digo que los fundamentalistas religiosos y los comunistas no son muy distintos, salvo que unos creen que hay algo allí arriba y los otros no, hasta que van al campo de batalla y sobreviven.

 La importancia excesiva a la forma sobre el contenido fue reflejada en el modo de comunicarse con el ser humano y, particularmente, en la juventud. Las corrientes de pensamiento hacían hincapié en la juventud como consumidora, como la fuerza que haría que Europa no volviera a ser arrasada por una horda totalitaria. Pero esa misma juventud cuya infancia había quedado, en muchos casos, estigmatizada por la Segunda Guerra Mundial, tuvo que ver como sus hermanos mayores pasaban sus horas en discotecas abarrotadas de ruido y de gente, presumiendo de zapatos y hablando de temas insustanciales. La generación del Baby Boom fue testigo de como sus padres les daban todo lo que pedían, convirtiéndose, con permiso de la Generación Loolapalooza o X y la actual Y, en la generación más malcriada de la historia. Y, al tener todas las preocupaciones materiales resueltas, muchos de ellos optaron por resolver las espirituales... Y no precisamente como sus padres, quienes acudían al "pater" de guardia para que les absolviera todas sus faltas a la ley de Dios. 

Dijo aquel sabio suizo llamado Einstein: "Todo lo que sube ha de bajar". Y de la idea superultra materialista de la existencia, pasábamos a la idea materialista dialéctica de la existencia, a la contracultura, al reino del Rey Lagarto, su primera ministra Janis Joplin y su programa ideológico psicodélico. Y en 1968, todo saltó por los aires. La Generación del Baby Boom se enfrentaba a la generación anterior y todo lo que representaba, aunque fue la generación que les pagó religiosamente la universidad que muchos de los miembros tanto de una generación como de otra jamás pisaron.

Tras las protestas, Berkeley ha sido siempre catalogada como el paradigma del izquierdismo americano. Las consecuencias del movimiento materialista de Berkeley (no olvidemos que la mayoría de los miembros del Movimiento Libertad de Expresión, aunque este prohibía la adscripción política a algún movimiento, no ocultaban su admiración a las naciones-prisión del proletariado) implicaron algo: El ser humano tenía que interaccionar con sus semejantes otra vez.

De la discoteca pasamos al pub. Allí se hizo patente el flujo de ideas del mayo del 68 y allí fueron los principales foros de debate de las ideas del ayer y de hoy. Berkeley, sus agitadores, Marx, el senador McCarthy, Nixon, Mao, Ho Chi Minh, Sartre, el mayo francés, las "fatwas" de el Barbas... Equivocadas o no, o dejaban a nadie indiferente, con debates con tertulianos a favor de sus posturas o en contra. Y eso duró hasta bien entrados los 80.

Con la llegada de Gorbachov al poder, los alejamientos sucesivos de la línea soviética producidos por los partidos materialistas europeos (los partidos comunistas de España, Italia y Francia), la firma de los acuerdos SALT contra misiles balísticos, las victorias de Thatcher y Reagan, todo ello sumado a la mejora de las condiciones de vida, hizo que se volviera a la mentalidad "competir materialmente con el vecino" y el aparenteo. Las discos volvieron de nuevo a la primera plana y el pub, y sus intensos debates quedaron relegados a un segundo plano. La humanidad, que tanto se había dicho anteriormente, ya no tenía, otra vez, nada que decirse.

Esto ha seguido así hasta el día de hoy. La Humanidad no se ha dicho nada en casi tres décadas y eso que vivimos en la generación mejor comunicada de la Historia. La Humanidad se ha convertido en una suerte de robots antropomorfos con apariencia de fantasías gays de gimnasio o de ejecutivas agresivas del mundo de la publicidad. La diferencia es que ellos creen que viven con una mala conciencia heredada de sus padres, una mayoría silenciosa de materialistas dialécticos con forma de ricachos hijos desviados de los vencedores de la Guerra Civil Española (cosa que no me sorprende: para ser de izquierdas, hay que ser asquerosamente rico).

Admito que Berkeley no es el mejor ejemplo de la Humanidad consciente, en sus foros, en sus ágoras, hablando de cambiar el mundo. Pero es lo más parecido que se ha creado para cambiar el mundo. Los intentos de Berkeley fue para cambiar el mundo casi siempre hacia lo nuevo. Pero no olvidemos que siempre hubo gente que quiso pegar un salto atrás, como el imán Jomeini, para evitarle un chapucero salto al vacío al ser humano a un mundo nuevo que puede que no tenga lo bueno del viejo.

Conclusión: Hace falta un nuevo Berkeley, unos camisas negras de la revolución, un barbas, un calvo con bigotes diabólicos, un tipo con una kipá y una metralleta... Lo que sea. Pero el ser humano debe volver a creer en algo. Viejo, nuevo, anterior, posterior, ventral, dorsal, rostral... Pero algo que nos salve de la decadencia de este mundo y nos haga volver a tener algo que decirnos aparte de las críticas al último iPhone, de la moda de los taconazos de aguja, del pedo que nos cogimos el sábado, del año en que vivimos peligrosamente por no usar condones... Y relanzar una humanidad que salga del bucle entre democracia y dictadura. Una Humanidad dispuesta a ser consecuente con el rol de cada uno de nosotros, a ser como realmente somos... Y no dejarnos cambiar por nadie, ni por nada. 




¡Dale a "Me gusta" si crees que la foto del Ayatolá Jomeini en esa manifa es un pasote!

sábado, 7 de septiembre de 2013

La espiral de errores o el muro de Pink Floyd.

Bien sabemos que este mundo es el resultado directo de las pasadas pugnas entre el materialismo dialéctico y el capitalismo. Por culpa de ambas ideologías, el mundo ha sufrido embates fuertes, hasta que al final, el capitalismo salió vencedor, y las consecuencias han sido a nivel económico, positivas para las personas del mundo occidental y desarrollado. Las conquistas sociales de Occidente, trufadas con briznas tiernas sacadas del tarro del socialismo, han garantizado que todo el mundo (salvo en países más liberales) tiene de todo lo material e intelectuales. Pero... ¿Y lo espiritual? ¿Lo moral? Eso no lo ha conseguido nadie aún sin hablar desde un púlpito o bajo los vapores de la "Guinness" en alguna taberna de Dublín. Occidente está enfermo. Enfermo de su ego. Y es que desde que Keynes mató a Marx (porque fue Keynes, no Smith), Occidente se ha encerrado en un bucle, en el cual se han cometido errores de libro. No son los errores materiales, son los errores del alma. Y son, curiosamente, los mismos errores que cometió su oponente, el bloque soviético y que antes cometieron los nazis.

Occidente está postrado emocionalmente en una cama, con un cuenta gotas, suplicando que le den la eutanasia o que alguien le vuele en pedazos. Y no por los fallos del capitalismo (que seguro que los tiene) si no por los fallos de sentimientos. Los comunistas negaban la individualidad de los hombres, y con ello, su libertad. Ahora, Occidente tropieza con la misma piedra y crea otra dictadura tan asesina como la del proletariado, basada en la constante repetición de errores de libro,en la misma espiral: La dictadura del "qué dirán".


La dictadura del "qué dirán" es una dictadura todavía peor que la comunista y la fascista. Es una dictadura con aires de libertad pero con una enorme presión social. Si no eres como los demás, estás fuera del juego. Pero la dictadura del "qué dirán" cumple con una premisa con el infierno: Es donde muere la razón. Lo otro sigue las ideas más profundas del hombre, pero esto sigue las paridas de la moda, de lo superficial y de lo inútil. Confieso que no me opongo a nada de esto: Me gustan algunos grupos actuales, me gusta la informática, las chicas bien arregladas y de vez en cuando veo a mi Atlético de Madrid querido, pero sería deseable que cuando hablo con una belleza escultural no se me revuelva el estómago cuando oigo algo que me parece un síntoma sacado de la Enciclopedia del género "gili".

Lo grave de esa dictadura es que va más allá de las modas: va sobre la personalidad. E impone un estereotipo cruel que no todos los mortales pueden satisfacer, sin darle remedio al problema, sentenciándolos al desprecio y a la indiferencia. ¿No hay solución para los que somos distintos?

Nada. Es como hablar con un muro. El muro de Pink Floyd. Lleno de ladrillos idénticos forjados por un patrón de falso colectivismo y de un más falso individualismo. El ser humano no puede vivir sin sus semejantes, pero con sus semejantes, puede que tampoco. Y así hemos llegado al final de la exposición de la "dialéctica del ser humano": El que es distinto se da cuenta de que es distinto. Intenta cambiar golpeando el muro de Pink Floyd, pero lo que hace es que la sociedad le detenga por agresión a la propiedad. Y así, infinitas veces. Quiere volar por encima del muro. Pero está atrapado en la dictadura del "qué dirán". Y así sucesivamente. La espiral de errores. ¿Hay algún modo de romperla?

Eso no lo sé. Pero la cuestión es que está ahí el muro. Y ruego que a nadie le detenga nada el ser como es. Que ame, que viva, que viva su soledad. Pero nadie es más puro que nadie. La gama de grises es inmensa. ¿Hacia dónde irémos? ¿Hacia la blancura pristina? ¿Hacia la oscuridad?


jueves, 29 de agosto de 2013

El laboratorio.

Cuando uno piensa en el laboratorio, a todos se les viene a la cabeza un montón de tipos (mayoritariamente, con gafas) en bata blanca observando y manipulando probetas, fetos, cromosomas, ordenadores... Vuestro amigo Mikeltxo os puede decir que no se aleja mucho de lo que pensáis. Pero muchas veces un laboratorio no es una instalación de alto secreto en la cual no se entra sin antes poner la palma de la mano en un lector y después hacerse un escáner retiniano. A veces el laboratorio es la propia vida. Y mi laboratorio es mi día a día.

Sí, mi guarida se parece a esto, ¿a que mola? (risas)

Todos los días estoy expuesto a una inmensa fauna humana que puebla una ciudad normal, de tamaño normal, sin nada que destacar y sin nada que reseñar. Es la fauna que creo que la mayoría de las veces todo ser humano tiene que tratar en alguna ocasión. Niñas ricas, hombres de hielo, santas, zorras, buenazos, dioses de "me la suda"... De todo un poco. Pero lo difícil de ese trato, de esa supervivencia diaria, es hacerlo sin una base emocional. Ese es el viaje que me mueve. Ese es mi mayor experimento. Mi vida es mi laboratorio.

Cuando se tienen dificultades para relacionarse con los demás (conocidas como síndrome de Asperger o autismo de elevada capacidad) se tienden a aprender las dotes de relación a palos. Y sí, aprendí a palos las relaciones sociales, el como comportarse. Pero, recordando la máxima aquella de que para romper las reglas éstas han de ser dominadas, y creyendo que yo domino esas reglas, conociendo cada consecuencia de mis actos, he optado por empezar a juguetear con ellas, como si fueran mis esclavas. Divertido, ¿verdad? Más divertido es cuando transformas tu carácter a tu antojo para conseguir lo que quieres: ¿Un beso? Vuélvete dulce y suave como un gato. ¿Poder? Sé autoritario como un Zar de Todas Las Rusias. ¿Amistad? Sé bondadoso con quien de verdad merece la pena. ¿Sexo? Eso está por descubrir y probablemente, no lo descubra. ¿Romance? ¿Qué es eso? ¡Yo soy científico! ¡No bardo ni descendiente de Almeida Garrett! Yo creo en los hechos. Y eso no existe salvo en la ficción. Además... creo que necesitaría cooperación para descubrir si el amor existe... Aunque creo que es difícil con alguien tan intratable como un servidor.

Tarde o temprano tendríais que descubrir que clase de persona soy. Pero no os sintáis utilizados, ya que todos hemos utilizado a la gente, aunque no nos hayamos dado cuenta. Y como todo en esta vida tiene un precio, a cambio de poder juguetear con la personalidad de los demás, he tenido que dar mi capacidad de amar, mis sentimientos hacia los demás y parte de mi humanidad. No es un precio bonito, pero es cierto: jamás conoceré a la mujer que me ame, jamás caeré bien a la gente, jamás seré interesante para nadie, salvo para un psicoanalista; jamás no conoceré el amor, el sexo... 

Jamás me realizaré como ser humano. Como ser intelectual será posible, pero no como ser humano.

Espero que sepáis perdonar a este pobre ser carente de sentimientos. En cierto modo, os quiero. Formáis parte de mi vida. Sé que tenéis voluntad, sentimientos, amores, desamores, sexo, dulzura, cariño... Dejad que me lleve yo el dolor, la traición, la soledad, el celibato, la aspereza... Es justo, ¿no?


sábado, 24 de agosto de 2013

¡Que vienen los materialistas (dialécticos)!

¡Y éstos tampoco son plan! ¡Es una trampa mortal para nuestra sociedad!

Hemos llegado al punto que todos esperábamos: Las encuestas hablan por sí solas. La hegemonía del Partido Popular no ha ayudado apenas en nada en España, más bien al contrario, ya que se han dedicado a realizar un calco del programa del Partido Socialista Obrero Español , se va a acabar. En nuestro país se notan las subidas de impuestos, los vicios de los politicastros, el empobrecimiento de la nación y los siete millones de parados, unas cifras que superan con creces el 22% de paro del gobierno socialista de Felipe González. El PP sabe de sobra que no va en la buena dirección, que ha traicionado a sus votantes, que han sido la inmensa clase media española, una clase media que quiere que se le reduzcan los impuestos, que se persiga a los delincuentes y que se construyan puestos de trabajo para los españoles. Pero el Gobierno popular encabezado por Mariano Rajoy ha optado por emplear la táctica del que oye llover y se ha pasado las promesas de los españoles por el arco del triunfo. Les parecerá bonito, ¿no? Pues esto no se ha acabado. 

Vuelvo a insistir en la frase del principio del anterior párrafo: El PP y su poder absoluto, el poder que ningún partido en España ha tenido nunca en sus manos, ha sido usado para el mal, y las encuestas son fiel reflejo de esto: El PP puede perder alrededor de 70 escaños siendo muy pesimistas y de 40 siendo optimistas. Con esto, los populares perderían la mayoría de la cámara baja (de 186 de 350 asientos a 146/116 de 350). Pero su rival más directo no es otro que los socialistas de Rubalcaba, que seguirían en caída libre. ¿Pero cómo demonios gobernaría el PSOE siguiendo cayendo en picado, os preguntaréis? Pues pactando con los herederos más directos de Marx, Lenin, y de José Stalin: ¡La Izquierda Unida, esa coalición formada por el Partido Comunista de España y otros grupúsculos rojeras de medio pelo que no pintan nada dentro de la coalición!

Sí, eso es lo que se nos viene encima. Una coalición de socialdemócratas golfos con comunistas más asentados en el capitalismo que los tenderos. ¡Menudo plan! De Guatemala a Guatepeor. 

Entonces en este momento va a salir alguien diciendo... "¡Hay que evitar que el comunismo se haga fuerte en España! ¡Votemos en masa al PP! ¡Ellos serán la barrera contra el materialismo dialéctico!". 


¡Muy aguda, lady Thatcher!

A eso se agarra como un clavo Mariano Rajoy. Se trata de una jugada suicida muy propia de él. Él sería capaz de rescatar el fantasma de la guerra fría para poner posters como el que puse al comienzo del artículo. El PP, convertido en la Democracia Cristiana italiana, sería un partido corrupto y carente de Dios, pero a cambio derrotaría con su escudo cruzado a los materialistas dialécticos que pretenden imponer la dictadura del proletariado. Esa es la última esperanza de Mariano Rajoy Brey: Ganar unas elecciones generando miedo y odio contra el comunismo. Una jugada que desgraciadamente para él y no sé si afortunadamente para el resto de los españoles no le va a salir bien.  Sea como sea, es casi seguro que el PP será la oposición y el PSOE y la IU van a acabar gobernando este país a pachas. 

Y si tan inevitable es, ¿debemos temer la implantación del poder popular? Lady Thatcher responde...


¡Pues claro que no! Estos señores no van a hacer nada que implique una transición hacia el socialismo. Los políticos del PSOE y de la IU saben que están atados de pies y manos tanto por su pueblo como de los mercados. Cualquier intento de transición al socialismo puede evitar que los grandes inversores del mundo introduzcan su dinero en España y, por consiguiente, se empobrezca el país. Eso por un lado. Pero insisto, están atados de pies y manos por su pueblo, también. Y por su pueblo me refiero a sus votantes, en particular de Izquierda Unida. Los políticos suyos no van a poder realizar nada más que dos cosas folklóricas para contentar a su electorado, como puede ser la despenalización de la marihuana, la legalización de la eutanasia, y el aborto libre hasta el sexto mes de embarazo, siendo ésta última una cosa que hará que ocupemos en gran medida las homilías del Papa Francisco, y no precisamente en su tono más moderado y conciliador, sino en unos términos más bien próximos al fundamentalista Monseñor Lefevre. Y eso es sólo el principio.

Hace poco leí por ahí que el gasto antidisturbios va a aumentar. El que crea que con IU y con el PSOE va a bajar se equivoca. En cuanto vean que la implantación del socialismo no se efectuará, se rebelarán contra "su" gobierno y empezará una represión digna de la Gestapo. Por esta razón y otras más, no debemos tener miedo a ese futuro, tan horrible, que puede ser un rayo de esperanza para la sociedad. Buenas noches.

martes, 13 de agosto de 2013

No soy ninguna joya: soy un muñeco autómata muerto en vida.

Esa es la mayor reflexión que he hecho en mi vida. Sí, fuera del plano académico, no soy el hombre ejemplar que cabría ser:  Soy caprichoso, voluble, iracundo, mordaz, manipulador. Sí, lo confieso, soy el perfecto actor. Pero realmente soy todo eso. Un lobo solitario amigo de sus pocos amigos, pero dispuesto a todo por conseguir lo que deseo.

El lobo solitario que habita en mí ha despertado. Me exige que me encierre en mí mismo, que no muestre ni una emoción en el exterior, ni una sonrisa, salvo una mueca que es 50% sonrisa, 50% desdén. Sí, ese lobo se alimenta de eso. Y todo lo que he estado haciendo y predicando este verano va en esta dirección: Hola a todos, soy el lobo solitario, si sois buena gente y me aceptáis como soy, cojonudo; de lo contrario, rompo relaciones con vosotros. Más vale solo que mal acompañado.

Me cuesta pensar en los demás. Me cuesta mucho. Me he visto obligado a renunciar a la posibilidad de encontrar pareja, debido a que lo único que quiero es sentir placer sexual, no romanticismo falso y barato en el que realmente no creo y que cada vez detesto más. No quiero quedar bien ante un grupo de gente que evidentemente me cae como un balazo en el vientre y que el aparato del Estado me obliga a estar. Quiero vivir mi vida. Quiero estar a mi aire. Quiero que me devuelvan mi vida. Quiero vivir como quiera, salir con quien quiera, estudiar mi carrera y desaparecer del mapa cuanto antes. Quiero que el mundo me olvide, quiero que mi vida se resuelva cuanto antes y pueda vivirla en paz, tal y como venga. Quiero dormir en una casa fría y solitaria y las guardias de los peores días y a las peores horas. ¿Nadie entiende que tengo vocación de ermitaño de la red? ¿Nadie entiende que estoy harto del mundo de falsas luces que nos rodea? ¿No entiende nadie que la mayoría de mujeres no me interesa para algo más que un coito salvaje? ¿No entiende nadie que la mayoría de la gente me es indiferente? ¿Es que nadie entiende que estoy muerto en vida? No, no lo entiende nadie.

La sensación de estar muerto en vida es placentera a su manera. Te vuelves más crítico, más frío, ves la vida desde el otro lado, te relacionas con quien merece la pena, te conoces a tí mismo... Y aceptas tus limitaciones. Empiezas a ver que todo lo que un hombre sueña no sirve de nada y que todo eso son sueños fútiles. ¿Quién podría (a) amar un tronco muerto? ¿Quién querría estar de lado de un lobo que te lame, pero que te puede morder? ¿Quién aceptaría a Dios y al Diablo encarnados en un mismo ser en su vida?

¿Quién?

miércoles, 7 de agosto de 2013

Las Malvinas de Rajoy o cómo quedar como un pelele ante Occidente. (El conflicto actual de Gibraltar contado de los Españoles para nuestros vecinos europeos, los muy Nobles Hijos de la Gran Bretaña)

Este post va dedicado con cariño al pueblo del Reino Unido de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. ¡Dios salve a la Reina!





En 1982, en un país muy lejano del cono sur llamado Argentina, había un régimen militar conocido por el gran cariño que los Americanos le profesaban y por la contundencia de sus métodos a la hora de acabar con los opositores que los milicos llamaron "los subversivos". Desde el golpe de 1976, el régimen argentino había tenido cierta popularidad entre las gentes de la calle: les había salvado de una incipiente revolución marxista cosa que había provocado la salida de millones de argentinos a la calle para celebrarlo, les había dado un Mundial de Fútbol que había ganado también la selección anfitriona y les había dado paz y tranquilidad, dado que el régimen había borrado a los elementos más peligrosos de la sociopolítica austral, como el ERP y los Montoneros.

Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar. Y en 1982, Argentina sufría una terrible crisis económica y un repunte (nimio, comparado con 22000 bombas en de los 6 años previos al inicio del Proceso de Reorganización Nacional) del terrorismo de ERP y Montoneros. La Junta Militar, que entonces era liderada por el Almirante Leopoldo Galtieri, se reunió un buen día para buscar soluciones al cataclismo. Entonces, en aquella reunión de caras largas, conscientes de que las organizaciones pro-derechos humanos les detestaban, de que su gente empezaba a dudar de que el totalitarismo les pudiera solventar la papeleta económica, de que los opositores aparecían como setas, alguien tuvo la ¿feliz? idea de dar a sus paisanos una epopeya nacional que, de haberles salido bien, les habría perpetuado en el poder a día de hoy, y no por la dureza de sus métodos, sino por la gran popularidad entre sus ciudadanos. ¿Os imagináis hoy una Argentina gobernada por el Almirante Luis Eduardo Rossi o la General de Aviación María Alejandra Blava Sottil -Los tiempos cambian- acompañados un poderoso directorio militar adorado y arropado por la mayoría de sus ciudadanos y detestado por una minoría? Hubiera sido posible si por las escasamente imaginativas cabezas de los milicos no hubiera pasado la feliz idea de invadir las Islas Malvinas, a sabiendas de que el ejército británico llevaba los 50 años previos entrando constantemente en combate y el argentino hacía 150 que no luchaba en serio. Y más posible aún si, ya que iban, hubieran ganado a los ingleses.

Los protagonistas de aquella epopeya nacional para los argentinos eran hombres de acción, hombres cuyo amor a su país no estaba puesto en duda. En sus cabezas sólo había una cosa: Argentina, Argentina y Argentina. La diferencia era que ellos no ganaron y se tuvieron que volver al continente con las orejas gachas tras una derrota militar propiciada por la nueva superpotencia europea. Unos meses después, el régimen fue consciente de lo que todo dictador que conozca el verdadero significado de la figura romana de la dictadura debe conocer: su gobierno jamás será eterno. Y cuanto antes le ponga fin, mejor recordado será y más rápido habrá hecho su trabajo de estabilizar el país y rendir cuentas al pueblo soberano.




Estamos hoy en 2013. Hace ya 31 años ya de los conflictos bélicos entre el Reino Unido y la Argentina. Muchos de aquellos aguerridos militares argentinos murieron de viejos o en las prisiones de su país, ahora gobernado, para bien o para mal, por una casta de "ingratos" (por llamarles algo) herederos directos de todo aquello que la Junta Militar creía que no era positivo para su país. Estos "ingratos" eran inconscientes de que, de no haber habido un golpe, la redemocratización de la Argentina se hubiera saldado en sangre y otro golpe hubiera sido necesario, ante la incipiente escalada de violencia que llevara a una guerra civil. Pero hoy estamos ante otro escenario distinto, pero a la vez muy parecido. Un escenario en el que los hombres de hombreras y galones han pasado a la historia y los protagonistas ahora son los hombres con traje anodino y mustio corbatín.

Esta vez, el conflicto con los británicos lo tiene, por enésima vez, los que fueran los señores de aquellas prósperas tierras del Cono Sur: Los españoles. Pero no todos los españoles. Y es una trampa psicológica que todos debemos evitar caer.

Nos gobierna un hombre que nada, repito, NADA tiene que ver con los militares argentinos: Estamos hablando de un hombre que vive acomplejado por una oposición que le chulea, una señora llamada Ada Colau y  unas encuestas de popularidad las cuales diagnostican que su partido, el Partido Popular (PP) perderá alrededor de 70 escaños y que apuntan a que el próximo gobierno de los españoles será una coalición socialdemócrata-comunista, un aborto el cual no me termino de explicar, teniendo en cuenta que los socialdemócratas verdaderos y los comunistas verdaderos se llevan a palos. El protagonista de esta historia no es otro que Mariano Rajoy Brey, el presidente del Gobierno de España.

En este año 2013, el gobierno del PP liderado por Mariano ha dado caña como ningún otro a la máquina de perder votos. El PP tiene en sus manos el destino de un país el cual ha superado el paro de la época del socialista Felipe Gonzalez (si bien en nuestra benevolencia podríamos decir que parte del desastre viene del gobierno socialista de Zapatero), con un 27% de paro y más de 6 millones de parados en todo el país, en el cual los hospitales públicos te hacen gratis una operación de cambio de sexo pero se desentienden a la hora de curarte una muela cariada que no te deja dormir durante días o borrar para siempre de esa miopía que te impide ser piloto de linea aérea. Un país en el que las escuelas públicas están más preocupadas de dejar mal al anterior Jefe del Estado Español y de esclavizar a los que no quieren estudiar que de exigir que la educación obligatoria se rebaje a los 12 años, cosa que me parece razonable sabiendo que nuestro país es el hazmerreir educativo de toda Europa.

La España del PP de Mariano Rajoy es un país encabezado de un Gobierno que se ríe de su electorado, que es la inmensa clase media de este país, la cual confió en Mariano para salvar los servicios públicos, bajar los impuestos, barrer a los corruptos del mapa, plantar cara al separatismo incipiente, y, sobre todo, para evitar que se nos rescate o, peor aún, que se nos obligue a pagar una deuda que ellos mismos sabe que nosotros sabemos que no podemos pagar y que, de imponerse la cabezonería de los banqueros germanos, nuestros nietos tendrían que seguir pagando, y dando gracias a ese Dios todopoderoso que tengo creencia absoluta de que habla español, pero es de cualquier sitio menos de la piel de toro, de no verse en la miseria como el pueblo griego, el cual veo cada vez más cercano a convertir su país en el macroprostíbulo de la Unión Europea para pagar los delirios de una casta política tan corrupta como la española.

Desgraciadamente, Mariano no ha cumplido ni uno sólo de sus objetivos: Los servicios públicos se convierten en propios del África negra cuando nuestra presión fiscal es de 3, siendo igual o superior a la de Dinamarca. Mariano no ha enjuiciado la corrupción, sino que se ha dedicado a hacer cambios de cromos, absolviendo al conceto de corruto del ex-Ministro de Fomento (que debiera entregar su ata de diputado por Lugo)  para ahora que la oposición no le monte pollo para cuando intente absolver a su colegui de corruptelas y amigacho del alma Bárcenas.

Y ahora se preguntarán: ¿esto lo sabe su pueblo? ¡Pues claro! ¡Tenemos al paladín del periodismo de investigación, Pedro J. Ramirez, para contárnoslo, un periódico que se definía como El Diario Independiente de la Mañana (recordemos: de la tarde, no, que es el vocero oficial del Gobierno) que es El País, al tío más peligroso de España con un micrófono de radio en las manos, que es Federico Jimenez Losantos (hombre que habla como si fuera el más iracundo de los predicadores evangélicos y que descarga su ira a derechistas e izquierdistas) y luego... luego...




Están los pelotas del Gobierno, unos sujetos DELEZNABLES capaces de inventarse monstruos (vease arriba la parodia de la portada de La Razón) para lamerle el culo bien lamido a un Gobierno que les garantiza la continuidad de la subvención lentejera que les impide mandar a un montón de familias al paro.

Y ahora os preguntaréis: ¿cómo es que no estalla esto en mil pedazos? ¿Cómo es que no han proclamado los catalanes, los gallegos y los vascos unilateralmente su independencia, sino que están chupando de la teta de la gran Castilla, que es como el cuento de la buena pipa que nunca se acaba? Pues muy sencillo. Damas y caballeros, les presento el lema nacional de la inmensa mayoría de los españoles...

Sí. El pueblo español es lanar hasta límites insospechados que hacen que el pobre Philosoraptor tenga que hacer esa demostración elevada de lógica que resume lo que en todos los lugares del mundo piensan de nosotros. El pueblo español y el irlandés se parecen en mucho a nivel de personalidad: juerguistas, vagos, y a veces, terriblemente gilipollas. Lo más diferenciador con esa maravillosa pronunciación de los celtas es que nosotros somos más ricos, peores católicos y peores patriotas que los irlandeses. Supongo que por algo Hitler se enchochó de los celtas y los consideró racialmente a la altura de los arios.

Pero... si en España hay médicos, maestros, universidades... ¿Cómo es eso si somos tan imbéciles? Pues muy sencillo: La inmensa mayoría son como los incorpóreos del videojuego Kingdom Hearts: si esos ansían un corazón para estar completos, la mayoría de los españoles necesitan un cerebro para estar completos. El problema es que esto no lo pueden tener sin cometer un asesinato, así que se dedican a putear a los que quieren trabajar, son listos, tienen buena cabeza, tienen las ideas más claras o simplemente pasan del modo de vida decadente de las clases medias populares españolas. En ese aspecto, no se quieren esforzar para ser mejores y trabajar duramente. Es decir: Genios hay, pero no pueden salir del gueto.

Esta es la realidad con la que capea el gobierno español de Mariano Rajoy. Pero cada vez España está mejor informada. Cada vez los genios se atreven a salir de su madriguera y clamara que el país ignorante empieza a alfabetizarse. Y sus primeras palabras escritas no las han aprendido precisamente en el Ateneo Libertario, sino en la televisión, en la radio, en los periódicos, en internet. El país ignorante empieza a aprender política, pero de la mano de pedagogos sin experiencia, como Pablo Iglesias (el presentador de La Tuerka en TeleK), Ada Colau, Cayo Lara, Maores de Cospedal, Pepiño Blanco, Rubalcaba... Vamos, nada que ver con Ramón y Cajal ni con Juan Negrín.

Pero Mariano quiere dar su último y más chapucero salto al vacío: y ese salto al vacío lo realiza metiéndose con los ingleses, tratando de desviar la atención de todos los problemas que acucian a España. Y el territorio es Gibraltar. Franco cerró la verja. Los socialistas la abrieron. Los llanitos se creyeron que podían hacer lo que les diera la gana y ahora quieren expandir los terrenos del Peñón. Cuando lo fácil sería cerrarles la verja otra vez y que tuvieran que reabastecerse por mar y renunciar a la peña formalmente, Mariano se acobarda y, aunque esta vez va con la fuerza de la razón, pero carga contra el enemigo equivocado. Lo ideal sería que fuera a Europa y allí le darían la razón y los gibraltareños retirarían los bloques de hormigón de mil amores. Pero... corre el riesgo de que se rían en su cara y dejen que los "Britiz" hagan lo que quieran. Y teniendo en cuenta lo que está haciendo con su país ¿quién putas tomaría enserio las amenazas de cerrar la verja -que Mariano I "el -risas- Bravo" jamás hará- de un país que es la vergüenza de Europa y de Occidente? ¡NADIE!

En resumen, sólo diré una cosa: Los ingleses nos pueden joder con estas pariditas... Pero ellos ahora llevan la supremacía moral. Nada más y hasta la próxima entrada.